viernes, 9 de octubre de 2009

La aventura de ser maestro

Hola a todos.
Nuevamente les envío un fraternal saludo desde Santo Domingo, Chiapas.
Esta lectura de “La aventura de ser maestro” me hizo reflexionar, y recordar muchas cosas (aciertos y desaciertos) de estos 15 años como docente de nivel medio superior.
Creo que lo que más me costó, fue el hecho de sentirme maestro. Recuerdo como si hoy, el primer día del maestro en el pueblo, aquí acostumbran salir a cantarlos muchachos a todos los maestros del pueblo el día 14 de mayo en la noche, y yo ese día amanecí en la calle, con tal de que no me fueran a cantar, y el día 16 que me presenté a trabajar, me reclamaron mis alumnos y les contesté que si me querían cantar, lo hicieran el 1 de diciembre, que es el día del Químico (una grosería de mi parte).
Al principio como muchos, imité a un maestro con el que me sentí identificado, luego copié la estrategia de alguien más, y así sucesivamente, hasta que empecé a llevar cursos de Didáctica, Metodología de la Educación, etc. Hasta que como decimos vulgarmente “me cayó el veinte” de que era docente, y que me tenía que desenvolver como tal, fue así, como me empecé a formar un estilo propio.
Fue así como le fui tomando amor, a la labor que hoy desempeño, pero creo que lo que más me conmovió y me hizo reflexionar, sobre la importancia de nuestro trabajo, fue cuando empezaron a llegar nuestros ex alumnos, pero ahora como profesionistas a darnos las gracias, y a decirnos que los consejos que les dimos, marcaron significativamente el rumbo de sus vidas. Eso si me sacudió, y desde ese día a la fecha, lo digo con toda honestidad. Estoy orgulloso de ser maestro.

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